Capítulo 29
"¿Peter Pan, eh?" Yo le dije a él. "Espero que hayamos empacado suficiente polvo de duende, Campanita."
Louie Nichols, comentario al General Vincent Grant,
citado en Bailar con Agilidad, de Nichols (cuarta edición)
A pesar de sí mismo, él estaba casi durmiéndose cuando sintió los dedos de su esposa clavarse en su brazo. "¡Max! ¡Mira!"
Los dedos se hundieron con bastante fuerza para hacerlo sobresaltarse; el convertirse en una madre no había robado a Miriya nada de su fibra y vigor Zentraedi. Max estuvo instantáneamente muy despierto, sentándose derecho en la colchoneta de dormir que él y Miriya habían tendido en la cubierta desnuda para mantener una vigilia por su hija.
Él vio lo que ella quiso decir al instante: Aurora estaba parpadeando como si despertándose de un sueño, y las apariciones de lo que fueran los niños del SDF-3 se habían desvanecido.
Miriya fue la primera en ir al lado de su hija, sintiendo su frente con una mano, verificando su pulso con la otra. En los otros niveles de la cubierta, las personas estaban tomando nota del cambio.
Aurora toleró la agitación pero insistió, "Estoy bien, Madre. Padre." Ella colocó un brazo alrededor de cada uno de ellos y los abrazó.
Max ofreció una oración de agradecimiento. Aurora estaba tan etérea, tan aparentemente desarmonizada por la fatiga y el esfuerzo -se rompía su corazón cada vez que él pensaba en ella lastimándose.
Jean Grant había llegado para codear suavemente a Miriya hacia un lado y corrió un escáner de diagnóstico sobre Aurora. Louie Nichols estaba allí, también, prácticamente saltando de un lado a otro, muriéndose por atosigar a Aurora con preguntas. Max descansó un brazo coercitivo sobre él. "Déle un minuto, Doctor."
"Jean, estoy perfectamente bien," Aurora insistió gentilmente, apartando el escáner. "Y nosotros realmente no tenemos más tiempo para derrochar."
"¿Qué les sucedió a los niños?" Louie prorrumpió, incapaz de refrenarse más. "¿Por qué interrumpieron el contacto?"
"Todavía estoy en contacto de cuarto nivel con ellos," Aurora corrigió. "Porque el de segundo nivel, el cual ustedes vieron antes, es algo agotador. Y ya no es necesario; ahora sé nuestro curso."
Ella avanzó a través del círculo de personas a su alrededor hacia una rampa provisional que llevaba hacia el área de control. Jean protestó, "Aguarda, cariño; necesitas descansar un poco."
"No hay tiempo, Jean." Pero antes de que Aurora pudiera poner un pie en la rampa, Max bloqueó su camino. "Espera un segundo, cariño. Tienes que decirnos lo que está sucediendo."
Ella le sonrió dulcemente. Una sonrisa como un amanecer de primavera, él pensó; los hombros de ella se sentían tan frágiles en sus manos.
"Bien, tengo que tomar el control de las interfaces, para dirigir al Peter Pan en el último tramo del viaje," ella le dijo. "Básicamente, estamos navegando por un -un continuo mental, podría decirse. Como Marlene les dijo, es lo que los del SDF llaman nuevo-espacio. Diferente del universo físico y aún de las ciber-dimensiones del Doctor Nichols. Así que yo tengo que asumir el mando para guiarnos."
Su cara cambió entonces, volviéndose sobria, y Max sintió las manos delicadas de ella agarrando las suyas. "Y hay algo más. El nuevo-espacio reacciona a lo que hay en nosotros, nuestros pensamientos y emociones y experiencias. No tiene ninguna forma verdadera propia, y así él dibuja lo que encuentra. Los niños dicen que hay que ser muy cuidadosos con lo que decimos y hacemos y pensamos."
"Sí," alguien estuvo de acuerdo, y Max vio a Marlene de pie cerca. Un sombrío e interesado Scott Bernard rezagado un paso detrás de ella. "Todos debemos ser cuidadosos ahora," Marlene continuó.
"Mm-hm," Aurora dijo, el cabello meneándose de arriba abajo al asentir con la cabeza. Entonces ella hizo bajar la cabeza de él de modo que ella pudiera murmurar en el oído de Max. "Pero especialmente tú, Padre."
***
"¿Y las Praxianas no responden?" Exedore frunció el entrecejo. Cabell, levantó sus manos desesperadamente, luego las dejó caer de nuevo. Frente a ellos, el enorme comunicador de transeñales estaba en silencio. "La instalación que dejamos en Nueva Praxis estaba funcionando," Cabell insistió. "El último mensaje de Bela se refería a aberraciones de sueños inquietantes, y nuestros instrumentos remotos indicaban que Haydon IV se estaba acercando al planeta. Como puedes ver, nuestro enlace con las Amazonas está ahora silenciado. La conclusión obvia es que Haydon está despierto. Temo lo peor."
"Las Flores," Exedore pronunció con voz áspera, pasando una mano por el desorden brillante de su pelo.
Cabell asintió con su cabeza lentamente. "Las Flores, por supuesto. Y después de eso, inevitablemente, la matriz."
Ellos giraron al unísono para observar por la ventana del laboratorio a la inmensa y reconstruida pirámide que era el Royal Hall, donde la única matriz de Segunda Generación -el "facsímil," como Lang la llamaba- había sido despertada a la caprichosa y difícil de controlar vida.
"¿Qué ocurriría si simplemente se la entregamos a Haydon?" Exedore reflexionó.
Cabell respondió, "Se podría llegar a eso a la larga, pero veo nuestras oportunidades subsecuentes de sobrevivir como muy escasas." Y con "nuestras" él quiso decir cada cosa viva en el universo y posiblemente, conociendo a Cabell, su materia inanimada también.
"Podríamos crear otra matriz," Exedore dijo.
Cabell expresó con palabras lo que ambos sabían. "Sí, pero ello tomaría tiempo, tal vez meses, y Haydon no soportará tanta espera. No, Él tiene la intención de sobrealimentar la matriz con las Flores de Nueva Praxis e iniciar por fin Su viaje final."
Hubo unos golpes cortos en la puerta abierta: Lantas, la nueva estudiante de Cabell y asistente de investigación desde que ella retornó a bordo de la nave comandada por Dana Sterling y el Decimoquinto ATACs. Ella era el último miembro sobreviviente de un triunvirato Científico, una mujer joven, brillante y enérgica, su cabello una masa de bucles rosados. Ella había adoptado una actitud protectora, casi de propiedad, hacia Cabell y Exedore, convirtiéndolos en los miembros desaparecidos de un nuevo triunvirato.
Ahora, sin embargo, Lantas lucía joven y asustada. Ella dijo, "Los capitanes del Grupo Local están aquí."
Ellos entraron en tropel a la habitación -Karbarriano y Spherisiana, Garudiano y Perytoniano. Extrañados de verlos caminando a zancadas juntos, cuando en el cercano pasado había existido tanta fricción entre ellos.
Los capitanes se detuvieron enfrente de los tres. Hodel, el corpulento Karbarriano, habló por ellos; la flotilla era principalmente Karbarriana, después de todo. "Hemos tenido noticias de la aproximación de Haydon. Tirol nos ha dado razones para odiarlo por siglos, pero en la Guerra Sentinels, ustedes se convirtieron en nuestros aliados. El punto es que, pensamos que sus investigaciones sobre usar la matriz para parar la contracción del cosmos es nuestra única esperanza de supervivencia. Por lo tanto no podemos ceder la matriz a Haydon, no importa qué ocurra.
"El Tracialle liderará la flota en la batalla. Sus técnicos Tiresianos han acordado tripular el Valivarre." Su pena principal era que el poderoso Ark Angel había, después de depositar a los científicos en Tirol, partido para regresar a la Tierra; aquel habría incrementado enormemente al poder de fuego de la flotilla.
Exedore había oído algo sobre los Tiresianos tripulando el Valivarre para la batalla. Con todos los Zentraedi idos excepto él, la nave tenía que ser renovada para ser usada por los Micronianos, por supuesto. Pero cuán sorprendente era que los clones, después de siglos de docilidad, debieran lanzarse a defender su planeta y la matriz con toda la determinación estoica de los Zentraedi en un ataque suicida. Era un tiempo de horrores pero, verdaderamente, un tiempo de maravillas también.
"Les digo nuevamente que dudo que tengan una oportunidad de salir victoriosos," Cabell estaba diciendo. "Pero sé que no los voy a disuadir. Entonces, ¿qué quieren de nosotros?"
Un Perytoniano, Purg, habló en voz alta, agitando sus cuernos delgados como agujas al hacerlo. "Dígannos sobre la Conciencia, la sede de su conocimiento, dónde yacen sus vulnerabilidades. Es débil ahora; si la destruimos, Haydon será incapaz de librar la guerra."
Cabell estaba sacudiendo su cabeza mesuradamente. "Primeramente, el planeta ha sufrido tales mechamorfosis radicales que no es posible decir dónde está la Conciencia ahora. Tampoco hay algún modo confiable de detectarla.
"Pero más importante, el destruir a la Conciencia no garantizará que Haydon sea impotente; lejos de eso. Les imploro a todos detenerse. Exedore y yo estamos tratando de desarrollar algún tipo de defensa para mantener al planeta artificial a raya."
Lo que él no les dijo fue que si la cosa empeoraba, él y el micronizado Zentraedi tenían intenciones de destruir la matriz totalmente. Los residentes del Grupo Local lo veían como su única esperanza de salvación.
La capitana Prah, la Spherisiana, respondió. La nave de ella, el Quartzstar, era la más nueva, la más pequeña, y la más bella de todas las naves del Grupo Local. Spheris era tal vez el menos guerrero de los aliados, y así Cabell esperaba alguna palabra de moderación de parte de ella.
Pero ella dijo en una voz que tenía un tono cristalino para ella, "No podemos arriesgarnos a que Haydon consiga el último poder de la matriz, tampoco podemos arriesgar las vidas de las personas de Tirol. Por lo tanto, a menos que este arma suya esté próxima, la flotilla avanzará y trabará combate con Haydon IV tan pronto como aparezca en este sistema."
"Soy Zentraedi," Exedore dijo, las manos estrechadas detrás de su espalda. "Comprendo sus sentimientos. No obstante, les ruegos que reconsideren."
El silencio de los capitanes fue tan enfático como cualquier negativa hablada.
"Vayan, entonces," Cabell dijo a los capitanes. "Exedore y yo veremos si la Protocultura tiene algún otro secreto que enseñarnos."
***
Repetidamente, durante los días precipitados de la cosecha de la Flor, su mano fue a su arma portátil y tomó aliento para convocar a aquellas guardaespaldas que todavía eran fieles a ella, para ir y detener la recolección, impedir la entrega en órbita, o morir en el intento.
Pero cada vez, la mano de Bela liberó de mala gana el mango del arma. Hacer aquello significaría luchar con y matar a sus hermanas y la convertiría en algo peor que Haydon, algo peor que un Invid. Lo que sea que sucediese ahora estaba más allá de su poder para controlarlo.
A tiempo la nave de carga despegó, subiendo a la órbita en su rastro de poder antiprotón. Se había ido por más de diez horas, descargando su carga de Flores y llevando a bordo los módulos prometidos. Cuando hizo el reingreso al planeta, parecía como si cada mujer sin hijos en el planeta estuviese esperándolo para darle la bienvenida, para ayudar a ensamblar los módulos.
Haydon y Sus obras seguían siendo un enigma; los módulos, una vez activados, cambiaron de sitio y se ensamblaron por sí mismos, las Amazonas no osando interferir o tratar de sondear los secretos de Sus dispositivos.
Todavía Bela estaba sentada en su aguilera, observando hacia abajo el bulevar central de Zanshar. El amanecer ascendió sobre una plaza de la cual las instalaciones de clonación habían desaparecido, reemplazadas por un Whaashi. Una lotería estaba siendo celebrada en la plaza abierta para una distribución justa y ordenada del acceso al lugar de milagros.
Cuando la primer mujer ingreso al Whaashi, Bela se levantó de su lugar y se dirigió hacia el centro de comando de su palacio. Allí ella observó en una pantalla de proyección de rayos cómo Haydon IV se ponía en marcha de nuevo.
Ella esperó ver un planeta restaurado a máxima operación, muy resplandeciente y menos estropeado, pero no fue así. Lucía como si hubiesen habido algunas reparaciones, y ciertamente el mundo artificial estaba maniobrando poderosa y rápidamente, pero signos de daños todavía podían ser vistos.
Entonces Haydon IV se había ido, superluminal. Bela ordenó a sus técnicos hacer otro intento para establecer contacto con Tirol a pesar de la interferencia que los había estado frustrando hasta ahora.
¡Malditos los Formadores!
***
Con la mano de Aurora en el timón -o más bien, su mente guiando al Peter Pan por un "casco pensante" modificado (ella se negó a tener algo que ver con los ciber-enchufes de Louie, y Max y Miriya no lo hubieran permitido, de cualquier modo)- la nave esfera emergió en el nuevo-espacio.
Era como si una burbuja de encierro hubiese estallado; todo alrededor de ellos era estrellas y nebulosas, y cerca la Fortaleza Super Dimensional giraba en órbita sobre un mundo cubierto de nubes blancas indicativas de un planeta vivo.
"Nos llevó más tiempo llegar aquí que al SDF-3," ella explicó, "porque nuestros impulsores son tan diferentes, y por eso fue nuestra ruta a través de la Estrella de Ranaath." El Dr. Penn, Louie, y el resto no llegó a descubrir por qué, porque el rostro de Lisa Hunter apareció en el proyector de imágenes principal y su voz resonaba por los altavoces.
"Atención, nave desconocida. Atención -¡Aurora! ¡Vince! Max, Miriya- Dios mío, ¡es bueno volver a verlos a todos!"
Una gran cantidad de personas en el Peter Pan intentaban hablar al mismo tiempo, siendo Aurora una excepción notable. Vince los hizo callar con un comando estricto. "¡Descansen!"
Lisa continuó. "Los niños dijeron que ustedes estaban en camino. Vince, tengo que advertirles: No hay ninguna garantía de que ustedes no quedarán varados aquí, también, a menos que se salgan del nuevo-espacio ahora, en este momento."
Louie Nichols se había acercado a Vince, reconociendo a Lisa por los viejos noticiarios, vídeo cintas, y por haberla visto una vez en persona durante las ceremonias de lanzamiento del SDF-3. "Creo que entendemos la situación, Almirante."
Vince miró con ceño a Louie pero toleró la intrusión. "Lisa, ¿tienen poder de maniobra?"
"Apenas, Vince."
"No hay problema. Si mantendrán su órbita actual, me acoplaré con ustedes." Harry Penn estaba estudiando sus instrumentos y dando a Vince una inclinación de cabeza en aprobación.
"Muy bien. Convocaré una conferencia de emergencia. Podemos comenzar a transferir personal a su nave inmediatamente." Vince tomó un aliento profundo pero decidió no contradecirla públicamente. Podría causar problemas de moral serios -quizá hasta un colapso en la disciplina- anunciar que nadie estaba yendo a ninguna parte por algún tiempo.
La mayor demora en acoplar las naves fue necesitada por los técnicos del Peter Pan al tener que ajustar el mecanismo de atraque externo en el casco exterior. Pero dos horas más tarde las antecámaras de acople se abrieron, y a pesar de la tensión de la crisis, hubo una reunión que hizo resonar los mamparos.
Lisa había dejado a Forsythe al mando del puente. Ella aguardó en el lado del SDF-3 de la antecámara, ya que era más amplia. Vince avanzó desde el Peter Pan, se saludaron mutuamente, y luego él la levantó en un abrazo de risa. Rick no se molestó con los saludos, extendiendo sus brazos alrededor de Jean y transportándola firmemente.
La cohibición y el orden se desbarataron, con más abrazos, alegría, y risas que alguno de ellos pudo recordar en mucho tiempo. Vince no estaba en posición para objetar, tan pronto él soltó a Lisa fue confrontado por su hijo. Bowie ofreció una mano tímidamente. "Hola, Papá."
Vince la tomó y la sacudió, pero Jean extendió sus brazos alrededor de Bowie y lo besó repetidamente, riendo aunque había lágrimas fluyendo de sus ojos. Musica y Allegra observaban desde un lado, fascinadas. Luego Jean las abrazó.
Los dos grupos se acercaron y se mezclaron en encuentros individuales que variaban grandemente. Dana se las arregló para atraer a ambos Sean y Marie hacia ella y al mismo tiempo besar a un extrañamente sonrojado Angelo Dante, mientras Gnea contemplaba dudosamente. Harry Penn abrazó a su hija y dio un apretón de manos, aunque uno moderadamente frío, a Jack Baker. Scott Bernard llevó a Marlene de la mano para que conozca a Lang, quien lucía deprimido, hasta tímido, ausente en público así como así. Kazianna estaba situada a un lado, no queriendo pisotear a alguien, pero arrodillada para intercambiar besos, como los humanos, con su antigua camarada en armas Miriya. Angelo vio la cara de Dana volverse blanca y distante como si hubiese visto a Rem.
Pasaron varios minutos antes de que Miriya se diese cuenta de que Aurora no estaba a la vista en ninguna parte. Ella pronunció el nombre a Max, y él se encogió de hombros débilmente mientras Rick Hunter agitaba su mano y le daba palmaditas en la espalda. Entonces Miriya se dio cuenta de que allí había un estanque de silencio esparciéndose por el enlace del Peter Pan y otro en el lado opuesto del compartimento. La multitud fue haciendo silencio gradualmente, percatándose de que Aurora esperaba en un lado, Roy y Drannin y los niños del SDF-3 en el otro.
Algunos no habían visto antes los ojos resplandecientes y ultramundanos de los niños; había murmuraciones y desplazamientos inquietos en la multitud. Las personas instintivamente abrieron paso hasta que los niños y Aurora estuvieron mirándose fijamente a través de una brecha sobre la cubierta vacía. Aurora y Roy se movieron al mismo tiempo, acercándose como niños en una pretendida boda.
Cuando se juntaron, se tomaron de las manos mutuamente, y un chisporroteo de radiación azul sobresalto a los adultos. Aurora informó a sus padres, "Los otros y yo debemos hablar."
Roy la llevó dentro del círculo de jovenzuelos de ojos luminosos, y el grupo se dirigió hacia la antecámara. Lisa quiso detenerlos, pero Jean colocó una mano coercitiva sobre su brazo. "Nosotros necesitamos hablar, también, Lisa."
Con cierta dificultad, Lisa separó a los principales líderes de la muchedumbre y los llevó a través del pasadizo hacia el compartimento de conferencia. Vince y su gente esencial vinieron, también, mientras el resto de los celebrantes se dirigió a un vestíbulo de recreación cercano para continuar con la reunión.
"Hemos realizado algunos cálculos," Lisa comenzó antes de que todos estuvieran sentados. "Quiero tener a todo el personal evacuado -en una etapa si tienen espacio suficiente en las cubiertas. Aún si eso significa que estaremos sentados unos sobre otros y llevando sólo las ropas que tengamos puestas."
Rick había estado observando la mirada de preocupación en la cara de Vince y se preparó para escuchar al general. "Lisa, no estoy seguro de que tengamos algún lugar a donde regresar. Cualquier cosa que sea que haya sucedido cuando fueron atraídos hacia aquí, está afectando el universo. Louie, quizá sea mejor que te hagas cargo."
Louie se puso de pie, ajustando sus anteojos oscuros, su sonrisa yendo y viniendo en tics. Él se embarcó en una recapitulación de lo que había sucedido, los del SDF interrumpiendo con preguntas intermitentes pero en su mayor parte escuchando.
La trascendencia de la Regis y su raza, la aparición del Ark Angel en el espacio de la Tierra, la expedición de búsqueda para el SDF-3 y la batalla en la Estrella de Ranaath -Louie lo detalló todo sucintamente, aunque Lisa notó que él describía los extraños psico-contactos entre los niños del SDF-3 y Aurora en términos extrañamente neutrales, aparentemente no queriendo ofrecer mucha teoría sobre aquello todavía.
Lang observaba a Nichols, aquel prometedor Robotech. El científico, habiendo estudiado algunos de los brillantes y perspicaces trabajos de Louie, se convenció no obstante que Louie veía la resolución de los misterios de la Protocultura no como una persecución santa y la búsqueda del Grial sino más bien como un juego inmenso ó mejor dicho de élite.
Así: allí estaba Rem el modelo renacido, y Nichols el experto secular, junto con todos los otros -medias razas, Wyrdlings, sabios mentales, y el resto- reunidos en un lugar finalmente. Pero ninguno de ellos podía ocupar el lugar entre los Formadores que Lang pudo.
Si sólo él tuviese la fortaleza para asirlo.