Capítulo 28

Esos críticos que sostienen que el personal del SDF-3 estaba inexcusablemente ciego -en no ver las implicaciones de su propio comportamiento desde el punto de vista de la naturaleza del "nacimiento, trauma" de su tránsito dentro del nuevo-espacio- son sólo (Dios me perdone) generales teóricos fofos sentados en una silla.

Dado las tensiones de lo que estaban pasando, el exprimidor emocional presionándolos a cada uno de ellos, y las demandas de la lucha y el peligro constantes, la confusión de los del SDF era casi inevitable.

Sólo los niños, los tontos, y aquellos que nunca han conocido las penurias podían argumentar de otra manera.

Pastor Basil Yanamamo, El Conducto: Experiencias en el Nacimiento y la Muerte

"¡Karen, espera!"

Él había terminado su vuelo de guardia con su Alpha y había corrido de modo de no perderla, pero de algún modo ella había completado su misión aún más rápido y dejado la plataforma de vuelos.

Cuando la alcanzó en el pasillo, Karen dio media vuelta sobre el taco de su bota, dando golpecitos con la punta de su pie, brazos cruzados, su rostro compuesto en advertencia de tiempo tormentoso. "Que sea rápido, Jack."

Él trotó hasta detenerse, sintiendo algo que habría sido semejante a un déja vu si él no hubiese sabido exactamente dónde lo había sentido antes: cada vez que ellos habían reñido, disentido, entrechocado, o competido por el dominio.

"Aah, no es gran cosa. Sólo pensé que podríamos cenar juntos si tú quisieras compañía para la cena."

Ella no estaba luciendo más excitada. "¿No quieres averiguar qué está ocurriendo en la reunión?"

"Querrás decir lo que ocurrió; oí que está terminando. Pero para cuando comamos unos bocados, probablemente habrá un sumario de inteligencia al que podremos conseguir darle una miradita."

Los ojos de ella se entrecerraron. "¿Entonces quizá podríamos detenernos por uno o dos tragos en el club de oficiales? ¿Posiblemente un baile?"

En realidad, eso era justamente lo que él tenía en mente. Él respondió cautelosamente, "¿Por qué, ocurre algo malo con eso?"

"¡Hah! ¡Honestamente, Baker, hay cubiertas de cabina a través de las cuales es más difícil de ver que a través de ti!"

"Whoa-ho-wha-" fue todo lo que él logró meter.

"Esto es tan típico," Karen dijo a través de dientes apretados. "Estamos atascados en el nuevo-espacio o lo que sea, posiblemente para siempre, y repentinamente se te ocurre que deberíamos vernos más."

"Bueno, sí, ese precisamente es el caso," él dijo débilmente. Entonces él oyó risas y se dio cuenta de que allí estaban algunos marineros alistados parados detrás al lado de la escotilla, hombres y mujeres de la artillería tomando un descanso antes de regresar a rearmar los mecha.

"¿No tienen ustedes malditos apiladores BB algo mejor que hacer?" él los insultó. Cuando él regresó la mirada, Karen se había ido.

Esta vez él tuvo que asir su manga para detenerla, y pensó por un momento que ella le iba a pegar. Al menos ellos estaban lejos del alcance del oído de alguien más.

"¡Haz como quieras, Karen! Regresemos a la rutina de continuas peleas."

"¿A mi manera? Quiero que pienses sobre ello, Jack. ¿Recuerdas cuando estábamos varados en Praxis y tú te volviste tan hogareño? Aunque tú hiciste una escena cuando estaba todo el mundo en derredor. Tú eras el que estaba listo para surcar el norte a los cuarenta, enlazar cabras, y demás. ¿Correcto?"

"Entonces logramos salir del planeta y regresamos a la guerra, y tus prioridades se revierten. Ese es tu modo. Cuando tú estuviste postrado después de que Burak te apuñaló, tú en realidad estuviste actuando humanamente por algún tiempo, pero una vez que estuviste de pie, ¡ugh!"

Jack tenía su boca abierta para objetar, pero Karen había estado guardando esto durante mucho tiempo, y él no tuvo ni una oportunidad. "Y ahora estamos varados aquí en el nuevo-espacio y tú estás tomando un rumbo de acercamiento. ¡Bien, ahorrémonos a ambos la emoción, Baker!"

"¡Tú sabías que yo era inseguro e irreflexivo cuando conseguiste que me enamore de ti!" él gritó.

Karen pronunció un ki-yi mudo y trató de arrancar la nariz de él con un puntapié rápido. Jack alcanzó a retroceder pero tropezó con un montante y golpeó rápidamente la parte posterior de su cabeza en el borde de un puerto de observación, cayendo.

Él quedó sentado allí viendo estrellas. "¡Rayos! ¿Qué te pasa, trabajas para el Invid?"

Ella estaba dividida entre la preocupación y el impulso por entrar en pánico. "¡Oh, Baker, malditos sean tus ojos!" Ella se arrodilló a su lado. "Hacia aquí, veamos."

"¡No! ¡Ouch! Acaso estás tratando de terminar el trabajo."

"Deja de quejarte, bebito. Ni siquiera te cortaste la piel." Ella lo soltó y dejó que se levante por sí mismo.

"Estableciste tu proposición, Karen. No quieres que te hable a menos que yo ya te haya hablado varias veces más temprano el mismo día."

"Deja de tratar de torcer las cosas, Jack."

"Sí, está bien. Apuesto que tú piensas que ese maldito de Sean Phillips es más considerado, ¿no es así?"

Él friccionó su cabeza delicadamente, mirando hacia el exterior del puerto de observación. Había más estrellas que las que había habido un momento antes. "¿Tú supones que ella esta produciendo biota?"

"¿Qué?"

"Tú oíste lo que Dante dijo sobre la Regis. Todas estas estrellas que ella está haciendo aparecer aquí en el nuevo-espacio -¿Hay formas de vida en ellas? ¿Quizá hasta algunas con inteligencia? ¿Las está ella quitando violentamente de alguna otra parte o sólo las hace aparecer con el pensamiento?"

"Estás preguntando a la mujer equivocada."

"Mmm. Está bien, mira, ¿qué te parece una cena dentro de una semana a partir del viernes?"

"No creo que ellos tengan viernes en el nuevo-espacio, Jack." Ella giró hacia el comedor de los oficiales, más lentamente esta vez. Él se sentó a su lado. "¿qué hay de un desayuno mañana? ¿En mi litera?"

***

Bowie, las Musas, Sean, y Marie habían estada bien atrás durante la reunión. Hubo muchas revelaciones asombrosas pero no realmente mucho de lo que alguien podía decir o hacer sobre alguna cosa -ciertamente no los ex guerreros UEG o las encantadoras Musas.

Cuando la reunión comenzó a levantarse, Sean dio un tirón de la manga de Bowie y señaló con una sonrisa furtiva y ojos medio cubiertos. Angelo Dante había ido hacia la escotilla aproximadamente cuando Gnea, su atención aparentemente en otra parte, se había alejado lentamente hacia atrás de la multitud.

Una mirada se cruzó entre ambos. Gnea salió, y Dante se rezagó, explorando el compartimiento para ver si alguien los había notado.

"¡No lo dejes que te vea observando!" Sean dijo siseando. Los ATACs y Marie rápidamente miraron hacia otro lado. Musica y Allegra los miraron no comprendiendo nada, luego una a otra, y el efecto fue el mismo. Un momento más tarde Angelo se había ido.

"¿Angelo Dante?" Bowie se sobresaltó. "No, debe haber sido algo que quiere que creamos que es Angelo Dante."

Musica lo había comprendido, y estaba sonriendo, también, colocando su brazo suavemente por el de Bowie. Pero Allegra dijo lentamente, "¿Quieres decir que tú crees que él no es humano?"

Marie Crystal rió. "Oh, no; él es humano, indudablemente, no importa cuánto él trate de ocultarlo. Apuesto a que él y Gnea van a tener una lucha india para ver quién carga a quién a través del umbral."

Sean suspiró e hizo ruidos sensuales de besos hacia ella hasta que se dio cuenta que dos oficiales de alto rango lo estaban observando. Marie agregó, "Ahora que lo pienso, sin embargo, ha habido una gran cantidad de palmadas y cosquilleos ocurriendo desde que entramos al nuevo-espacio."

"Si lo entendí correctamente, eso es lo que Lang estaba tratando de decir," Bowie lo puso con aire pensativo. "Quizá crear un macroverso de nuevo-espacio es como escribir una canción. No puedes sólo tirar y hacerlo de repente; tienes que hacer uso de la inspiración."

Eso los tuvo en silencio y pensando. Los amores y las atracciones del complemento del SDF-3 sólo eran una parte del bagaje mental y emocional que ellos traían consigo.

"Se me ocurre que quizá todos queremos ser realmente cuidadosos acerca de lo que pensamos y decimos y hacemos por aquí," Marie reflexionó en voz alta.

***

Tal vez yo vi venir este día desde el principio, Lang dijo en tono meditativo, abriendo el módulo bóveda blindado con su contraseña hablada, código el ADN, y escaneo cerebral. ¿Por qué de otro modo habría hecho este templo para ello?

El módulo bóveda había estado a bordo del SDF-3 desde el principio, transferido allí desde el almacenamiento en la Tierra. El equipo Robotech que el módulo contenía había sido removido del recién estrellado SDF-1 en los días del primer encuentro de Lang con él en 1999. El equipo estaba frente a él ahora, silencioso y paciente, luciendo poco diferente del modo en que lo hizo en el instante en que Lang había visto por primera vez la cara de Zor en su pantalla.

Él pasó su mano a lo largo de ella, la consola que había sido el núcleo de la Robotecnología viviente del SDF-1. Había sido reemplazada por un equipo de interfaz humana, el que en aquel entonces había sido instalado en una adaptación de puente de mando convencional donde Henry Gloval colocó su mano firme en el timón de la historia galáctica.

Pero el sistema original estaba aquí, preservado, inerte. Al tocarlo, Lang sintió un hormigueo en su piel, recordando el shock inexpresable cuando pura Protocultura, acumulada y controlada por los menos comprensibles dispositivos de Zor, lo había inundado enteramente. Era un evento que debería estar si no en el techo de la Capilla Sixtina, entonces tal vez en la funda de contención de la matriz, Lang pensó tristemente.

Él había mantenido para sí en lo posible los cambios profundos que la Protocultura había realizado en él y su nueva afinidad por ella. Él era absolutamente indispensable para la nueva Era Robotech, y así su extrañeza fue pasada por alto. Las personas lo aclamaban como un genio, como un salvador, sin embargo él se había confrontado todos los días, desde la primera exploración de la colisión en 1999 hasta el día de hoy, con sus propias deficiencias y miedos.

Por costumbre él dio un vistazo hacia atrás para asegurarse de que el módulo bóveda estaba totalmente seguro. Él se estiró y tecleó un código en un pad táctil.

La consola maestra de Zor cobró vida.

No a toda potencia, por supuesto; había poca Protocultura ahora, y toda ella tenía las inevitables impurezas e impropiedades de la Segunda Generación. Pero la infusión dejó a los indicadores y pantallas alienígenas mostrar que ellos todavía aguardaban. Él podía inundar los dispositivos con potencia de Segunda Generación siempre que lo decidiera.

Hasta un ratito antes, él pudo haber tomado un segundo impulso -pudo haber hecho aquello en casi cualquier momento durante las décadas. Sus poderes muy probablemente podrían haberse incrementado geométricamente; los datos matemáticos y de investigación eran prometedores en ese punto, al igual que conducían al hecho ineludible de que él moriría muy en breve de allí en adelante.

Zand había estado dispuesto a arriesgarse después de aquella primera y voluntaria exposición a la Protocultura que él había tomado en contra de las órdenes de Lang y a sus espaldas. Sin embargo ninguno de ellos lo mencionó más tarde, Lang había estado suficientemente preparado para matar a su colega a sangre fría antes que verlo dar aquel próximo paso hacia la deidad.

La mayoría de aquello derivaba del temor de lo que el segundo impulso podría hacer de Zand, quien no era demasiado estable por decirlo así, por supuesto. ¿Pero no había allí algo más que eso? ¿Celos y una negativa a dejar a Zand tener algo que él, Lang, tenía miedo de reclamar como suyo?

No importa. Zand había tenido su trascendencia, sin duda. Y para oír a Dana Sterling decirlo, todo estaba en conformidad con el miedo de los Formadores que casi era un fervor religioso dentro de la siembra de Lang.

Aquí en el nuevo-espacio, sin embargo, los Formadores habían abandonado el camino recto o desaparecido paulatinamente o... Lang no estaba seguro de qué.

Su fe orientadora, los Formadores, ya no lo guiaba. Los políticos y los militares continuarían pretendiendo que había algo que ellos podrían hacer, pero él lo entendía en forma diferente. Había una única manera posible de salvar las vidas a bordo del SDF-3 y, más importante, el universo amenazado por el nuevo-espacio.

Ese camino radicaba en un encuentro directo con los Formadores. Y el único modo en que alguien lo haría sería elevarse más allá de los límites del poder mortal, al menos por un único momento.

Sólo que nadie iba a hacer eso con el equipo de Zor, no con Protocultura de Segunda Generación de todas maneras.

Al menos... no como la consola estaba configurada ahora. Lang acercó su taburete y se sentó absorto a la consola. Después de varios minutos él se estiró para asir un sensor y lo enganchó en uno de los periféricos del sistema. Él tomó un pad táctil y comenzó a teclear ecuaciones claves en su unidad principal, apenas consciente de que él lo estaba haciendo.

Él hizo una pausa para pasar su mano a lo largo de la consola con el pensamiento, recordando su rayo de Protocultura, y casi arrojó al suelo el pad táctil. ¡Era una locura!

Hubo un flujo repentino en el equipo -no inusual; él había tenido que improvisar una serie de transformaciones en el equipo que le permitían usar Protocultura de Segunda Generación. Él olvidó su frustración y su miedo, observando ondas arco iris persiguiéndose unas a otras a través de la pantalla de tres metros.

Lang ni si quiera necesitó preguntarse lo que él vería después; él había visto la grabación tantas veces que él conocía el patrón de los estáticos que lo precedía.

Él estaba mirando fijamente el rostro siempre joven y de duende nuevamente, con sus ojos almendrados y muy abiertos, enmarcado por una larga cabellera de cabellos brillantes, iluminados por las estrellas. Él había memorizado desde entonces los sonidos del discurso de saludo y advertencia de Zor.

La grabación de Zor. Saltaba al azar por un hipo de Protocultura sin sentido, alguien podría decir.

Pero Lang colocó entre sus manos el pad táctil nuevamente y se sentó, observando fijamente y sin parpadear a Zor. Cuando la grabación había seguido su curso, él volvió a sus cálculos.

***

A través de toda Nueva Praxis los vehículos de efecto superficial y aeroespaciales estaban en movimiento.

Las Amazonas habían prosperado allí con poca experiencia agraria; habían cazado, pastoreado, y recogido la generosidad descuidada que su mundo-hogar ofrecía naturalmente. Pero ellas habían respondido a las demandas de su nuevo planeta con su adaptabilidad innata y su terca negativa a rendirse.

Ellas cultivaron algunos de sus alimentos en cubas, invernáculos, y cúpulas aeroponicas, pero la clave de su supervivencia había estado en hacer partes del tallo y raíces de la Flor de la Vida comestibles (siendo el fruto mortal para ellas). Ellas habían aprendido a cultivar la tierra.

Y ahora estaban aprendiendo a cosechar de una manera que ellas nunca habían concebido.

Desde todos los puntos de la brújula las vagonetas terrestres, vagonetas aéreas, y naves espaciales convergían. Transportadores militares, privados, y ordinarios -cada vehículo en el planeta había sido movilizado por las mujeres trabajando hasta el agotamiento y más allá. Ninguna había dormido desde la aparición de Haydon.

En la plaza principal de Zanshar, frente al centro de clonación, la pila de Flores crecía. Cada espécimen había sido cuidadosamente escaneado para asegurarse de que no estaba polinizado. Todo había sido ensacado en contenedores limpios para asegurar que las Flores se conservasen en ese estado.

Y eso puso de relieve un punto angustiante. Por alguna razón los pequeños y misteriosos Pollinators (Polinizadores), cuya naturaleza era atender a las Flores y quienes habían vagado libremente por Nueva Praxis, habían desaparecido. Alguien lo pensó como un mal presagio, pero nadie se atrevió a opinar.

La pila de Flores ensacadas creció y creció, más alto y más alto, hasta que había alcanzado el escalón más elevado y se tumbó contra las enormes puertas de entrada del centro de clonación.

Bela observaba desde el extremo opuesto de la calle principal, desde el parapeto más elevado de su castillo. El inmenso transbordador espacial orbital de las Amazonas estaba casi listo para recibir la generosidad de Nueva Praxis. Las vainas de carga ya estaban siendo rodadas a sus posiciones para transportar las Flores.

Bela había enviado a sus guardias y consejeros de su lado. En silencio ella vigiló durante la noche cómo las Flores eran transportadas hacia el compartimento del transbordador. El transbordador despegó como una estrella matutina en busca de una órbita alta y una cita con Haydon IV (cómo el mundo artificial se había acercado tanto sin estrellarse con Nueva Praxis o, al menos, causar daños catastróficos, nadie lo sabía). El transbordador retornaría con los módulos prefabricados y sellados que serían activados para formar un nuevo Whaashi.

Pero entretanto, ¿qué oscura cosecha hemos cosechado? El pensamiento llegó como el corte de una espada, repetidamente.