Capítulo 18

Ven, déjame mostrarte nuestro vínculo común,

es la razón por la que vivimos.

Flor, déjame tenerte.

Dependemos del poder que tú das.

Debemos proteger la semilla, ó todos podríamos desaparecer;

Flor de la Vida, Flor de la Vida, Flor. . .

El cántico Tiresiano del Culto de los Tres en Uno

Esta vez hasta Vard estaba preocupado. ¿Estás seguro de lo que estás llevando a cabo aquí? Él preguntaría al menos una vez por día. Y Zor respondería sólo con esa sonrisa maníaca que se había convertido en su siempre presente apariencia en Optera: Por supuesto que él estaba seguro. Y no era exactamente esto lo que sus ancianos en Tiresia esperaban de ellos: ¿que retornasen de estos tecnoviajes con algo extraordinario? Y si eso no fuera suficiente, ¿quiénes eran estos Invid que debían tener estas flores increíbles para ellos mismos? ¿Es que sólo ellos debían poseer la habilidad para rehacer el mundo en torno a ellos? No, esto era para todos los mundos, Zor había sugerido a Vard, ¡para la galaxia en toda su maravillosa variedad!

Loco, en aquellos tiempos; poseído, si bien él no lo reconocería en sí mismo...

Pero para lograrlo, de esta manera, Vard señalaría. Para lograrlo engañando a la reina de la raza de la colmena -a esta Regis. Para reclamar realeza fingiendo ser aquel ser cuyo retorno fue largamente esperado, el Dador de la Flor. Y para recurrir a la seducción de los secretos de este cándido ser. . .

Esto era dominante en la preocupación de Vard -el hecho de que Zor le había hecho nada menos que el amor a esta criatura. En su aproximación de apariencia humana y vestimentas hechas para humanos. En su propia cámara y en su propia cama ... Aquel era el único modo en que los secretos podían ser revelados. El proceso, querido Vard, requería una completa unión entre las mentes, entre los cuerpos -y pasión para acompañarlo. Ó, en el caso de Zor, una aproximación de la pasión, una apariencia de amor.

Oh, en cierto sentido él le hizo el amor a ella, él supuso. Él desde luego le tuvo envidia a ella, codició vehementemente el conocimiento que la Flor de la Vida le había impartido a ella. Pero en cuanto a toda esta conversación mental sobre quedarse en Optera, sobre renunciar en realidad a su forma física de modo que pudieran permanecer unidos como pareja aquí ... Bien, eso era la suma idiotez. Él no podía vivir más acá -parejo con el secreto compartido y revelado- por lo que él podía abandonar la búsqueda por el esclarecimiento que ya lo había llevado a un gran número de sistemas estelares y a cientos de planetas.

Además, había un esposo que considerar.

Nada como la Regis, esta criatura que se llamaba así misma el Regente. Y Zor apenas había pensado en él dos veces cuando había bajado para formular su plan de seducción y conquista. Pero había algo sobre el Regente que lo hacía más humano de lo que la Regis alguna vez sería, a pesar de todas sus curvas anatómicas recientemente desarrolladas, zonas erógenas, y talentos auto-conformados. Y fue precisamente este misterioso aspecto humano el que Zor utilizó para asegurar que el Regente estuviera ausente de la colmena por largos períodos sin intervalos.

El regente, así lo parecía, tenía una curiosidad por Zor y su especie que competía con la curiosidad de Zor por la Regis. Sólo que el Regente estaba menos interesado en las diferencias físicas y psicológicas que los separaba a ellos que en los propios artefactos que los tecnoviajeros usaban en sus vidas diarias y en los viajes. Era como si la criatura sólo desease llenar su mundo con tales cosas -instrumentos y dispositivos y naves. Así que había sido bastante fácil hacer arreglos para que el Regente fuese llevado en un viaje de turismo por esta o aquella parte de la nave o llevado en la nave a lugares distantes en su propia Optera cuando la necesidad se presentaba.

Y esa necesidad se había presentado a menudo los pasados meses . . . Zor sonreía para sí, yaciendo con la Regis ahora, sus brazos doblados alrededor de ella. Él reconoció que la transferencia estaba casi completa, el idioma de la Flor casi suyo. Pero él reconoció, también, que había reglas gobernando el uso de este idioma y, muy posiblemente, que él había sido hecho consciente de algo no comprendido por la propia Reina-Madre. La Flor de la Vida aparentemente guardaba un secreto propio, uno que aún tenía que ser seducido de ella.

Un secreto que Zor algún día llamaría Protocultura.

***

Scott Bernard estaba sentado tiesamente en su silla cuando los dos Mayores condujeron a Marlene dentro de la sala de instrucciones del Ark Angel. Cabell, los Grant, Louie Nichols, y varios oficiales de inteligencia del G2 estaban sentados a la mesa larga. Las pantallas de los mamparos mostraron con celeridad visuales procesadas en primer plano de Haydon IV, un recuento actualizado de las naves producidas, un conteo alfanumérico regresivo para el ataque Karbarriano. La nave había girado ligeramente a babor para mantener al artefacto reconfigurado centrado en los puertos de observaciones exteriores. El disco de acrecentación de la Estrella de Ranaath como un molinete en el fondo, una siniestra rueda de la fortuna.

Marlene, su cabello rojo tirado hacia atrás por detrás de sus orejas, parecía enferma. "Toma asiento," Vince empezó, sonando como un médico a punto de dar malas noticias.

Con una mirada nerviosa, en Scott, Marlene se sentó en una de las sillas plásticas. Él sostuvo la mirada de ella por un momento y retiró la mirada, callado.

Niles Obstat aclaró su garganta. "Creo que usted sabe por qué la hemos hecho venir aquí."

"Yo -yo no estoy segura," Marlene dijo al jefe de inteligencia.

Vince hizo muecas y exhaló. "Hemos tratado de darle tiempo para que piense en su posición, em, Marlene. Pero me temo que el tiempo se ha terminado para todos nosotros. Tenemos razones para creer que usted puede decirnos dónde está la Regis, y nosotros necesitamos esa respuesta ahora."

Marlene tragó y expresó. "Yo he estado tratando-"

"No nos salgas con eso," Obstat dijo, interrumpiéndola. "Tú eres Invid, y lo que uno de ustedes sabe, todos los demás lo saben. Sólo dinos en dónde podemos encontrar a la Regis, y pondremos fin a esto. Es por tu propio bien, además," Él agregó. "¿De qué otro modo planeas llegar a casa si nosotros no te llevamos allí?"

Scott estuvo tentado de decirle a Obstat cómo Sera se había ido a casa pero contuvo su lengua. Marlene estaba mirando con fijeza al director, su labio inferior temblando.

"Pero no lo ve, no soy completamente Invid," ella contestó. "Tengo-"

"Usted es completamente Invid en cuanto a nosotros toca," una oficial mujer dijo despectivamente.

Marlene cerró sus ojos y sacudió su cabeza. "¿Si eso es verdad, entonces cómo es que uno de su propia especie me ama?" Sus ojos encontraron a Scott, al igual que lo hicieron todos los demás en el cuarto. "Diles, Scott, por favor. Hazlos comprender."

"¿Bien, Coronel?" Vince dijo, desviando sus ojos. "Supongo que usted nos lo dirá."

Las manos de Scott apretadas debajo de la tabla de la mesa. Él miró a Marlene al ponerse lentamente de pie.

"Lo siento, Comandante," él comenzó, "pero supongo que nuestro truco no funcionó." De nuevo él entrecruzó miradas con Marlene. "Fue una buena idea hacerlo parecer como que usted estaba liberándola bajo mi custodia, pero supongo que ella no se lo creyó. Yo ciertamente hice mi parte para convencerla de que yo ... la amaba, señor. Pero ella no me diría nada."

Scott tragó con dificultad y continuó. "¡Rayos!, yo le hubiera dicho cualquier cosa que ella quisiera oír para conseguir esa información. Le aseguro que no me importa admitir ahora que esta fue la charada más difícil que alguna vez haya tenido que terminar. Pretender amar a este ... Invid. Y todo el tiempo pensando en lo que ellos le hicieron a la Tierra, en lo que ellos probablemente le hicieron a nuestros amigos y camaradas en el SDF-3." Scott bufó, desviando sus ojos de la mesa. "Creo que todo lo que logré hacer fue ayudarla a convencerse de que ella realmente es humana, Comandante. Imagine eso, podrá hacerlo -este Invid, humano."

Con los ojos muy abiertos por la confesión de Scott, Marlene repentinamente colocó sus manos en su cabeza y gritó.

El grito fue uno no humano.

Ella apuntó con un dedo a través de la mesa a Scott. "¡Me traicionaste! ¡Me dijiste que me amabas!"

Scott contuvo su respiración.

Marlene estaba a punto de continuar, cuando su cuerpo fue apresado por un paroxismo violento. Los dos Mayores la flanquearon saltando de sus asientos cuando ella comenzó a desaparecer de la vista.

"¡No la toquen!" alguien advirtió. Como si alguien estuviera a punto de hacerlo.

Scott pensó que él podría desmayarse, pero precisamente entonces Marlene se rematerializó, la piel teñida de verde y la expresión vacía. Su mano derecha todavía estaba levantado pero señalando hacia el puerto de observación. Ella observó la mesa por un momento largo, como si desafiando a cualquiera a hablar. Pero fue la misma Marlene quien rompió el hechizo que su breve desaparición había lanzado.

"Allí," ella dijo finalmente con absoluto desdén.

Scott se unió a los otros en la mesa en seguir su dedo. "¿La Estrella de Ranaath?" Obstat tartamudeó. "¿Su reina está dentro del agujero negro?"

"Usted solicitó saber," Marlene dijo categóricamente.

"Cristo," Louie Nichols murmuró. "Veidt no estaba bromeando cuando dijo que el Ark Angel no está construido para el viaje."

***

"Sé cuán difícil eso fue para ti, Scott," Vince dijo después de que Marlene había sido sacada del cuarto. "Pero teníamos que saber. Lo comprendes, ¿no es así?"

Scott lo miró, la cara drenada de sangre. "¿Y entenderá ella que yo estaba mintiendo hace un momento?" Él suspiró pesadamente. "La he sentenciado a la muerte, Comandante. La he asesinado."

El Dr. Penn casi apoyó una mano sobre el hombro de Scott pero la retiró. "Ella tenía que recordar quién era, hijo. El shock fue necesario. Tú no lo hubieses podido prevenir, de cualquier modo. Ella pertenece a su propia especie, no aquí, dividida, atrapada en dos mundos separados."

Scott pronunció una sádica risa. "Muy bien nos hizo, Doctor." Él indicó con su barbilla hacia el puerto de observación. "El SDF-3 está fuera de alcance."

"Haydon no parece pensarlo así," Louie dijo en el silencio. "Miren," él explicó al volverse las cabezas, "me doy cuenta de que cualesquiera coordenadas direccionales que pudiéramos engatusar de la Conciencia serían inútiles ahora. Pero Haydon obviamente está convencido que es posible seguir la pista, sin importar dónde termine."

Vince sacudió su cabeza. "Si está pensando que me arriesgaré introduciendo esta nave en eso . . ." él dijo, indicando la Estrella de Ranaath. Louie levantó sus manos. "No lo estoy. Sólo iba a sugerir que en lugar de robar coordenadas, robemos una de esas naves."

***

Minmei estaba llorando cuando dejó el salón de música. Pero lo que ella en primer lugar había asumido era una efusión extasiada causada por las armonías de los cánticos de los clones ahora comprendió eran lágrimas de tristeza. Las canciones antiguas habían despertado una vieja herida dentro de ella, una que ella no podía asegurar fuese aun suya, pero la tocó como si lo fuera y estuviera conectada de algún modo con Rem.

Las lágrimas estaban fluyendo visiblemente para el tiempo en que ella corrió ciegamente hacia el elevador, donde ella chocó directamente contra Lisa Hayes Hunter.

"Minmei," Lisa dijo, sorprendida. "¿Qué ocurre?"

Lo curioso fue que la visión de las lágrimas de Minmei en efecto ayudó a bloquear el flujo de las propias de Lisa. Relevada por su segundo comandante unos momentos antes, Lisa casi había huido del puente como una adolescente herida de amor, abrumada por el descubrimiento de que un romance destinado a durar una eternidad no iba si quiera a sobrevivir a la temporada de fútbol! Ella no sabía cómo explicar lo que había causado la picada -algún efecto secundario de la discusión con Rick, tal vez, o sencillamente preocupación por el bienestar de él al estar en el planeta- y estaba dirigiéndose a la guardería para apretar a Roy contra su pecho con toda el alma.

"¿Quieres hablar sobre ello, Minmei?" Lisa preguntó, sintiendo de repente que la situación era delicada. Su amistad había estado en decadencia continua desde el día de la boda de Lisa y Rick. La campaña Sentinels no había ayudado, tampoco lo había hecho el flirteo de Minmei con T. R. Edwards y su subsecuente retiro de la vida pública. Pero Lisa había oído que Minmei había estado mejorando, gracias a Rem. ¿Y Rick no había mencionado algo sobre ella cantando de nuevo?

Bueno, quizá ello era una de esas artísticas oscilaciones de humor, que Lisa comenzó a relatarse, cuando Minmei dijo, "Es Rem."

Lisa dio una ojeada a la joven mujer que se había introducido rápidamente en el elevador detrás de Minmei y estaba apartada hacia un lado ahora, pretendiendo estar desinteresada en la conversación. La mujer tenía escrito seguridad por todas partes.

"Ven," Lisa dijo, guiando a Minmei fuera del elevador en la cubierta Hoed. "Ahora dime qué sucedió," ella agregó, a unos cuantos pasos hacia dentro del silencioso pasillo.

Minmei resolló y pasó el dorso de su mano por debajo de cada ojo. "Es justamente eso, Lisa, no sé qué sucedió. Yo sólo, es sólo . . . me siento como si él me usó. Del mismo modo en que todos los demás lo han hecho durante toda mi estúpida vida." Ella aspiró profundamente. "El canto no me ha ayudado. Me ha hecho sentirme peor por todas las cosas. Él sólo quería que yo cante así él podría hacer su pequeño viaje hasta el origen de sus recuerdos."

Lisa esperó que ella continuase.

Minmei resolló de nuevo. "Es por Zor," ella dijo despreciativamente. "Él piensa que las antiguas canciones Tiresianas sacudirán los recuerdos de las experiencias tempranas de Zor en Tirol y Optera."

"¿Optera?" Lisa dijo, pensando repentinamente en el planeta de abajo. Un planeta que se había aparecido de ninguna parte.

"Sólo sigo sintiendo que él me ha traicionado de algún modo," Minmei explicó, sollozando. "Él no me ama. Probablemente nunca me amó."

Lisa no estaba escuchando. Cierta comprensión a medio formar había comenzado a competir por su atención, un pensamiento que ella no pudo armar completamente. Pero antes que ella lo supiera, había asido a Minmei por los brazos y la estaba sacudiendo. "¿Te dijo Rem por qué es tan importante que él recuerde los recuerdos de Zor?"

Minmei levantó la vista, sobresaltada.

Lisa dejó caer sus brazos a sus lados y exhaló. "Minmei, escúchame. Estoy yendo a la guardería en este momento porque siento como si Rick me ha estado mintiendo sobre algo. Que él está realmente enamorado de esa pequeña idiota de Sue Graham o de alguien. Pero sé que no es verdad, aunque él haya estado actuando como un completo pelmazo." Ella examinó los ojos de Minmei. "Estoy segura de que Rem no te ha traicionado. Tiene algo que ver con este lugar, Minmei. Algo que no hemos considerado todavía." Ella mordiscó un dedo, recordando a Roy. "Incluso ha comenzado a afectar a los niños."

Minmei lucía pálida. "Oh, por favor, no me digas eso," ella dijo, volviéndose para enfrentar la pared del pasillo. "No puedes decirle a nadie, Lisa," ella agregó, "pero estoy embarazada de Rem."