Capítulo 12

La pregunta por del paradero del Profesor Nichols durante los años siguientes al fin de la Segunda Guerra Robotech, incluyendo aquel período ahora conocido como la Ocupación, sigue siendo una fuente de controversia. Mientras que ha sido demostrado en otra parte que él permaneció con Jonathan Wolff durante marzo de 2033 (véase La Oveja Tasners con Piel de Lobos), sus alianzas subsecuentes son más el producto de conjeturas que de pruebas de investigación ganadas con esfuerzo. Sin embargo, basado en evidencias que vinculan a los socios de Nichols (Gibley, Shi-Ling, Stirson, et al.) con la organización Yakuza que heredó los restos del complejo de Tokio de Lang (véase Makita y otros), el autor es de la opinión que Nichols de algún modo convenció a Wolff para proveerlo de un pasaje seguro a Japón, donde él, sabemos, fue localizado finalmente por los agentes secretos de inteligencia asignados a su caso por el jefe del G2 de la REF, Niles Obstat.

Del prefacio de Ronstaad Irk para la cuarta edición de Bailar con Agilidad, de Nichols

"Siento haberte envuelto alguna vez en esto. . .Ariel," Scott dijo, apelando finalmente a su coraje para encontrar la mirada fija de ella.

"Por favor, no empeores las cosas," Marlene le dijo débilmente. "Y no te refieras a mí por ese nombre, Scott. Soy Marlene. Lo he sido desde el día en que me encontraron."

Las fosas nasales de Scott se ensancharon. "¡Tú no eres Marlene, maldita sea!" Él dijo a gritos, dándose vuelta. Él caminó con cólera tres pasos hacia la puerta de seguridad del camarote de ella antes de darse vuelta. "Tú eres Ariel, y cuanto más pronto lo entiendas, mejor." Él hizo espontáneamente un ademán en torno a la celda de a bordo que el G2 había adaptado para ella. "¿Por qué crees que estás encerrada aquí dentro? Esto no es algún tipo de viaje gratis. Inteligencia está convencida de que tú sabes dónde está la Regis. Así que ponte en contacto con tu identidad real, Ariel. Diles lo que ellos quieren saber, por tu propio bien." Marlene bajó su cabeza, ondas de cabello rojo cayendo hacia delante para ocultar mejillas hundidas y labios pálidos. "¿No crees que lo estoy intentando, Scott?" Ella levantó su rostro hacia él. "Mírame. ¿No puedes ver lo que esto me está haciendo?"

Él no quería mirar, pero cuando lo hizo, él no se pudo contener de precipitarse sobre ella y circundar su frágil forma con sus brazos. Ella estaba tan pálida, tan delgada. Y él permaneció recordando a Sera, consumiéndose en la cama de Lancer. "Marlene," él susurró, meciéndola suavemente de un lado a otro. "Marlene. . ."

Él ya había pasado por el mismo argumento apenas una hora, más temprano, poco antes de que el Ark Angel se transposicionara del espacio de la Tierra. Algunos chiflados atontados del G2 habían dado permiso para que Kurt y Lana Rush -los verdaderos padres de Marlene- observasen por remoto, una de las sesiones de examen de intelecto de Obstat con Ariel. Los Rush habían buscado intensamente a Scott inmediatamente después, comprensiblemente enfadados, visiblemente angustiados y encolerizados.

"¿Cómo pudiste hacernos esto, Scott?" Lana había dicho sollozando desde la seguridad y comodidad de los fornidos brazos de su esposo "Aun cuando Marlene haya sido capturada y condicionada por la Regis. ¿Por qué no pudiste haberla dejado en paz? ¿Cómo pudiste permitir que sea llevada a través de este infierno?"

Scott había estado atónito. "Pero esa no es su hija," él logró contestar. "¡Esa... criatura de allí dentro tiene sangre verde en sus venas!"

Él recordó al padre de Marlene dando un paso amenazante hacia delante, puños cerrados hacia arriba. "¡Maldito seas por eso, Bernard!" Rush había ardido de ira. "No me importa de qué color volvieron su sangre y su cabello. Yo reconozco a mi propia hija. Es Marlene a la que tus monstruos de inteligencia están torturando con sus dispositivos. ¡Y tú la pusiste allí!"

No había habido modo de convencerlos y, a la larga, ninguna manera de convencerse a sí mismo, tampoco. Cada día veía emerger más y más de Marlene en el simulagente, más y más de lo que Ariel había estado sumergiéndose. Y cada día parecía llevar a ambas personalidades más y más cerca de la muerte.

Scott se acurrucó con ella sobre el piso frío de la celda, cercando silenciosamente al pensamiento de perderla por segunda vez.

"Me voy a esforzar más, Scott," Marlene dijo, llena de falsas esperanzas. "Sé cuánto significan tus amigos para ti y quiero desesperadamente ayudarte a encontrarlos. Sabes que daría mi vida-"

"No," Scott dijo, deteniéndola. "No quiero encontrarlos sólo a cambio de perderte. Yo te ayudaré. Quizás juntos. . ." Ella le enseñó una tenue sonrisa.

"Pronto estaremos en Haydon IV," él prosiguió. "Exedore tendrá algunas respuestas para nosotros, estoy seguro de ello. Hemos empezado, Marlene, eso es lo importante. Encontraremos a la Regis. Aun cuando tengamos que regresar en el tiempo para hacerlo."

***

En un camarote espacioso a popa de la sección de navegación espacial del Ark Angel, Louie Nichols entrecruzaba sus manos detrás de su cabeza y se reclinaba alejándose de una pantalla repleta de cuadrículas de posiciones hiperespaciales y cálculos de espacio-tiempo. "Bueno, creo que es una introducción justa al viaje interestelar," él dijo a Harry Penn y a Vince Grant. "Quiero decir, he oído de perder el ómnibus aerodeslizante, pero perder un planeta entero. . . Esto es algo para los archivos de registros."

Gibley y Strucker, dos de los miembros mohawk del equipo de Nichols, rieron desde sus asientos en el extremo lejano de la mesa, donde ellos estaban enlazados a través de sus cabezas a una revista de tiras cómicas vídeo interactiva extraída desde la computadora central de entretenimiento de la nave. Destellantes fichas de interfaces enchufadas a sus cyber-puertos craneales.

Penn, su labio superior torcido, miraba a los dos con desdén, sus tatuajes, ropas apretadas, piel y cabello desagradables. Ahora que él había logrado conocer un poco al equipo de Louie, él había decidido que ellos eran tan poco atractivos como él nunca había encontrado. Adictos a los videos y abusadores de substancias, ellos se relacionaban sólo con las cosas a las que ellos podían enchufarse. A pesar de todos sus desvaríos sobre inteligencia artificial y "mente máquina," era casi una fascinación por la era electrónica pre-Protocultura lo que los animaba.

El corpulento científico aclaró su garganta con un suave gruñido. "Y le digo que estamos exactamente donde se supone que debemos estar, Profesor Nichols. Si algo está perdido, es Haydon IV."

Nichols, sonriendo, colocó una mano en sus anteojos al fijar la vista en Penn por sobre su hombro. "¿Alguna arruga en el universo newtoniano, Doctor? ¿A un planeta se le mete en la mente dejar la órbita, y se marcha lejos?"

Penn se rascó en su barba. "¿Necesito recordarle de algunas de las maravillas que hemos experimentado estos pasados treinta años, Profesor? Además, con ese mundo todo es posible."

Nichols sonrió con presunción. "Relájate, Harry. Estoy seguro de que tu objetivo era real." Su dedo índice convocó datos en la pantalla táctil. "Lo que tenemos aquí son indicaciones de perturbaciones gravitatorias a lo largo de este sistema estelar. Así que creo se puede asumir sin temor a equivocarnos que el planeta de hecho ha desaparecido."

"Pero Cabell había estado en comunicación con Exedore," Vince pensó hacer notar. "No hubo nada en sus transmisiones sobre. . . esto."

"Entonces es probable que el evento ocurriera recientemente," Nichols dijo: "Obviamente dentro del mes terrestre estándar pasado."

"Yo coincido," dijo Penn.

El tono de la línea de comunicaciones del puente sonó, y Vince se inclinó hacia delante para responder.

"Estamos recibiendo una llamada de auxilio urgente," su segundo comandante empezó. "Son sobrevivientes de la nave Karbarriana N'trpriz."

"¿Sobrevivientes? ¿Qué sucedió?"

La línea estuvo en silencio por un momento. "Señor, el N'trpriz fue ordenado ir a Haydon IV en un operativo de extracción. Parece que cientos de comerciantes Karbarrianos fueron tomados prisioneros durante la rebelión."

Vince y Penn intercambiaron miradas atónitas. "¿Qué rebelión?" Penn exigió.

"No está claro, Doctor. Aparentemente los Haydonitas se han levantado en contra de la Conciencia. Los no-Haydonitas atrapados en la rebelión han sido transferidos a áreas de confinamiento subterráneas debajo de lo que queda de Glike."

"Esto es una locura," Vince dijo. "Pregúnteles si el N'trpriz intentó contactar al planeta."

"Afirmativo, señor. El N'trpriz estaba en comunicación con la superficie cuando la Conciencia planetaria tuvo éxito al armar los sistemas de auto destrucción de la nave." El primer oficial de Grant hizo una pausa momentáneamente. "Los sobrevivientes afirman haber escapado de la nave en un vehículo de escape antes de la detonación. Ellos afirman que las naves de su propio grupo de batalla los abandonaron."

Vince se apretó sus labios. "Dígales que estamos en camino hacia su posición. Pero pregúnteles si pueden darnos la ubicación actual aproximada de Haydon IV."

"Negativo, señor. Dicen que no pueden hacerlo."

"¿Por qué en el nombre del cielo no pueden?" Penn dijo.

"Respuesta, señor: 'Porque Haydon IV llevó a cabo una transposición.'"

***

Después de rescatar a los sobrevivientes Karbarrianos, el Ark Angel ejecutó un salto propio no, sin embargo, hacia el mundo natal de los ursinoides sino hacia la tercera luna de Fantoma, Tirol.

Scott tuvo que demandar el pago de la mayoría de los favores que se le debían para conseguir ser incluido entre el pequeño destacamento de desembarco que fue transbordado hacia Tiresia. Pero la pugna bien valió la pena, si sólo por el rápido paseo por las calles de la ciudad hasta el Royal Hall, el cual todavía se elevaba brillante como la plata y piramidal por encima de la vista de la ciudad como una montaña santa.

Por otra parte, el lugar había cambiado dramáticamente en los tres años desde la partida del Grupo Marte. Scott no había estado aquí para el regreso de la nave espacial de Jonathan Wolff, y con ella la llegada del 15to ATAC y los clones Tiresianos que ellos estaban transportando a casa. Él tampoco había estado en los alrededores para la primera cosecha de la Flor de la Vida en Nueva Praxis o el desarrollo del facsímile de la matriz de la Protocultura de Lang, la cual había sido dejada en Tiresia para su guarda. Eso solo había redituado gran riqueza y prosperidad a Tirol, el cual con mundos liberados a lo largo del Grupo Local estaba nuevamente deseoso de transportes interestelares y, baratas pero eficientes fuentes de energía para tomar parte en la gigantesca tarea de reconstrucción. La mayor parte de la manufactura actual de naves y máquinas había sido dada en contrato a Karbarra, pero fue Tirol el que había cosechado las recompensas. La luna se había convertido en cierto tipo de encrucijada cultural, casi a la par con Haydon IV en el trafico de información y técnicas de construcción.

Así, los edificios públicos de Tiresia y las estructuras de viviendas centellaban como gemas en un engaste de esmeralda. Bajo la supervisión de la REF, los clones y los nativos habían irrigado y terraformado los alrededores alguna vez desolados de la ciudad, y mientras que una apariencia análoga a Roma había sido preservada en ciertos lugares, estadios reconfigurables y edificios ultratecnológicos de varios pisos dominaban la línea del horizonte.

Los padres de Scott, quienes fueron los ingenieros responsables en gran medida de la reconstrucción de la Base Sara en Marte, estaban entre un grupo de pobladores terrícolas y exiliados pilotos del Escuadrón Fantasma quienes habían elegido permanecer en Tirol. Él estaba deseoso de verlos nuevamente, los planes para una reunión ya habían sido finiquitados durante una breve conversación con la superficie con anterioridad.

Cabell -el calvo y barbudo sabio que le había parecido una figura tan siniestra a un Scott Bernard de once años- estaba disponible para dar la bienvenida al destacamento de desembarco y escoltarlos, en una caravana de vehículos de efecto superficial, a aquella parte del Royal Hall reservada para los negocios del Grupo Local. Allí, Vince y Jean Grant, Harry Penn, y el resto fueron recibidos por los representantes diplomáticos planetarios de Karbarra, Nueva Praxis, Spheris, Garuda, Peryton, y varios mundos emergentes otrora dominados por los Maestros Robotech y los Invid que nunca habían sido visitados por los Sentinels.

El ministro de relaciones exteriores Haydonita y el total de la legación del embajador habían sido puestos bajo arresto.

"Ellos no han revelado ni siquiera un pensamiento desde su arresto," Scott oyó a Cabell informar a Vince mientras un representante Karbarriano tenía la palabra de la cámara. "Y por supuesto nosotros no conocemos ninguna manera de forzarlos a transmitir. Estoy seguro de que ellos han caído víctimas de la misma programación que ha puesto a su mundo natal en movimiento."

"Primero los Invid, luego el SDF-3, ahora Haydon IV," Jean susurró en respuesta.

Cabell asintió con la cabeza, sus fulgurantes cejas blancas moviéndose de arriba abajo. "Y estas desapariciones son sólo el comienzo."

"¿Cómo es eso?" Vince preguntó.

El Tiresiano expresó un comentario de frustración. "La misma estructura del continuo ha sido afectada de alguna forma. Se requeriría de un conjunto complejo de instrumentos y dispositivos de medición para demostrar mis hallazgos. Pero diré más: Nuestro universo parece estar contrayéndose."

Penn palideció. "Pero-"

"Espera." Cabell lo interrumpió, levantando una graciosa mano. "Oigan esto."

Hubo conmoción en el piso. Scott vio que al Karbarriano, que había estado expresando entre gruñidos demandas a cada uno, se le había entregado un mensaje de alguna clase y estaba caminando a pasos regulares delante de los asientos del anfiteatro, moviendo de un lado a otro la cosa arrugada sobre su cabeza en una mano-garra apretada.

"Permítasele conocer a todos los miembros del Grupo Local que Karbarra está totalmente preparada para declarar la guerra a menos que sea dada una indemnización por la captura de nuestros ciudadanos y la destrucción de tres de nuestras naves."

La audiencia de diplomáticos y funcionarios murmuraron entre ellos.

"¿Y cuántas naves más tendrán que perder antes de que vean el error de interferir?" Un Spherisiano gritó desde la fila superior del vestíbulo.

"La próxima vez no será una simple nave sino una flota la que nosotros consignaremos," el Karbarriano dijo bruscamente.

"Flotas enteras han sido destruidas en el pasado, Nal," un Praxiano dijo.

"Esas son leyendas," Nal se mofó. "Karbarra ha pasado de la edad de tales cosas."

"Y a Karbarra no le gustaría nada más que ver a Haydon IV agregado a su creciente lista de mundos indexados," alguien del contingente Perytoniano dijo despectivamente. "Ustedes ponen a prueba la paciencia de la comisión, Nal."

Nal hizo un ademán con una mano-garra. "Tales acusaciones del principal mundo deudor en el Grupo Local. Peryton pone a prueba nuestra paciencia, Ministro Marak."

"¡Hagan silencio! todos ustedes," Cabell dijo lo suficientemente alto para acallar una veintena de argumentos separados que habían estallado. Él miró a Nal. "Hablar de represalias y compensaciones no sólo es prematuro sino inútil, dado el hecho de que Haydon IV se las ha arreglado para eludirnos. Yo sugiero enfáticamente-"

"¡Ya no, Tiresiano!" Nal agitó la hoja del mensaje en la dirección de Cabell. "Nuestras fuerzas de reconocimiento reportan que Haydon IV ha emergido de la transposición y se ha insertado en órbita alrededor de la Estrella de Ranaath."

"¡¿Ranaath?!" Cabell dijo, avanzando con dificultad. "¿Estás seguro de esto?"

"Nuestras fuerzas de reconocimiento se enorgullecen por su exactitud," Nal le dijo.

"Pero Ranaath es un ... sistema de agujero negro," Cabell dijo en pro del contingente terrestre. Él todavía tenía que decirle a Penn o a Grant sobre la determinación de Exedore de que Ranaath había estado en el extremo receptor del pulso de energía que había acompañado la partida del Invid. "¿Por qué los Haydonitas desearían establecerse voluntariamente en tal lugar remoto?"

Nal cruzó sus brazos de apariencia poderosa a través de su abultado pecho. "Nosotros nos aseguraremos de preguntárselo," él dijo, arrojando el mensaje al piso y retirándose bramando de la habitación.