Prefacio
Se hundía.
Su frágil cuerpo flotaba suspendido a medio camino del fondo.
Su mente se hundió más veloz aún, como un bloque de cemento, gritando con agónica desesperación.
Sus pulmones se resistían a dejar salir el poco aire que retenían.
Se mentalizó, luchó contra su cuerpo y finalmente dejó salir el aire.
Frío.
Dolor.
Se acabó.