La voz en el interior de Eshonai gritaba todavía. Incluso cuando no armonizaba con el antiguo Ritmo de la Paz. Se mantenía ocupada para silenciarlo, recorriendo la meseta perfectamente circular situada ante Narak, donde sus soldados a menudo hacían prácticas.
Su pueblo se había convertido en algo antiguo, y a la vez algo nuevo. Algo poderoso. Formaban filas en esta meseta, canturreando a Furia. Ella los dividió por experiencia de combate. Una nueva forma no crearía a un soldado: muchos de ellos habían sido trabajadores todas sus vidas.
Tendrían una parte que desempeñar. Producirían algo grandioso.
—Los alezi vendrán —dijo Venli, caminando a su lado y cargando ausente sus dedos de energía y dejándola jugar entre dos de ellos. Venli sonreía a menudo cuando llevaba esta forma. Por lo demás, no parecía haber cambiado nada.
Eshonai sabía que ella misma había cambiado. Pero Venli… Venli actuaba como antes.
Algo fallaba.
—El agente que envió este informe está seguro —continuó Venli—. Tu visita al Espina Negra parece haberlos animado a entrar en acción, y los humanos pretenden atacar Narak con todas sus fuerzas. Naturalmente, esto todavía podría convertirse en un desastre.
—No —dijo Eshonai—. No. Es perfecto.
Venli la miró y se detuvo.
—No necesitamos más entrenamiento. Deberíamos actuar ahora, traer una alta tormenta.
—Lo haremos cuando los humanos se acerquen —dijo Eshonai.
—¿Por qué? Hagámoslo esta noche.
—Tonterías. Esta es una herramienta para utilizarla en batalla. Si producimos una tormenta inesperada ahora, los alezi no vendrán, y nosotros no ganaremos esta guerra. Tenemos que esperar.
Venli pareció pensativa. Finalmente sonrió y luego asintió.
—¿Qué sabes que no me estás contando? —exigió Eshonai, cogiendo a su hermana por el hombro.
La sonrisa de Venli aumentó.
—Simplemente, estoy convencida. Tenemos que esperar. La tormenta soplará en el sentido equivocado, después de todo. ¿O es que todas las otras tormentas han soplado en el sentido equivocado, y esta será la primera que lo haga en el sentido correcto?
¿El sentido equivocado?
—¿Cómo sabes eso de la dirección?
—Las canciones.
Las canciones. Pero… no decían nada de…
Algo en el interior de Eshonai la instó a seguir adelante.
—Si eso es cierto —dijo—, habrá que esperar a tener a los humanos prácticamente encima para atraparlos en ella.
—Entonces esto es lo que haremos —declaró Venli—. Yo me encargaré de la enseñanza. Nuestra arma estará preparada.
Hablaba al Ritmo del Ansia, un ritmo como el antiguo Ritmo de la Expectación, pero más violento.
Venli se marchó, seguida de su compañero de antaño y muchas de sus eruditas. Parecían cómodos en estas formas. Demasiado cómodos. No podrían haber contenido estas formas, antes… ¿o sí?
Eshonai hizo caso omiso a los gritos y se dispuso a preparar otro batallón de nuevos soldados. Siempre había odiado ser general. Qué irónico, pues, que fuera a ser recordada en sus canciones como la caudillo que por fin había aplastado a los alezi.