RESUMEN DE LOS LIBROS ANTERIORES

LIBRO UNO

Nacidos de la bruma: El Imperio Final, presentó la tierra del Imperio Final, gobernada por un poderoso inmortal conocido como lord Legislador. Mil años antes, el lord Legislador tomó el poder en el Pozo de la Ascensión y supuestamente derrotó a una poderosa fuerza o criatura conocida solamente como la Profundidad.

El lord Legislador conquistó el mundo conocido y fundó el Imperio Final. Gobernó durante mil años, eliminando todos los restos de los reinos, culturas, religiones y lenguas individuales que antes existían en su tierra. En su lugar, estableció su propio sistema. Ciertas personas fueron llamadas skaa, una palabra que significaba algo parecido a «esclavo» o «campesino». Otras personas fueron llamadas nobles, siendo la mayoría descendientes de aquella gente que apoyó al lord Legislador durante sus años de conquista. El lord Legislador les había dado supuestamente el poder de la alomancia para conseguir asesinos y guerreros poderosos que tenían mentes capaces de pensar, al contrario de los brutales koloss, y los utilizó para conquistar y mantener su imperio.

Los skaa y los nobles tenían prohibido relacionarse, y la nobleza recibió de algún modo el poder de la alomancia. Durante los mil años de reinado del lord Legislador se produjeron muchas rebeliones entre los skaa, pero ninguna tuvo éxito.

Finalmente, un nacido de la bruma mestizo llamado Kelsier decidió desafiar al lord Legislador. El más famoso de los caballeros ladrones del Imperio Final, Kelsier, era conocido por sus atrevidos planes. Sin embargo, estos acabaron con su captura, y fue enviado al campo de exterminio de los Pozos de Hathsin del lord Legislador, la fuente secreta del atium.

Se decía que nadie escapaba de los Pozos de Hathsin con vida… pero Kelsier lo consiguió. Obtuvo sus poderes de nacido de la bruma durante esa época, y consiguió liberarse, ganándose así el título de Superviviente de Hathsin. En este punto, renunció a sus actividades egoístas y decidió poner en práctica su plan más osado: derrocar al Imperio Final.

Reclutó a un equipo de ladrones, principalmente mestizos brumosos, para ayudarle a conseguir su objetivo. Durante esta época, también reclutó a una joven mestiza nacida de la bruma llamada Vin, que no conocía sus poderes. Kelsier la aceptó en su banda para entrenarla, teóricamente para tener a alguien a quien pudiera transmitir su legado.

La banda de Kelsier fue formando lentamente un ejército de rebeldes skaa, y empezaron a temer que Kelsier se estuviera preparando para convertirse en otro lord Legislador. Kelsier buscaba transformarse en leyenda entre los skaa, volviéndose para ellos una figura casi religiosa. Vin, que había sido criada en las calles por su cruel hermano, empezó a confiar en la gente por primera vez en la vida. Mientras esto sucedía, Vin empezó a creer en Kelsier y su propósito.

Durante la puesta en marcha del plan, Vin trabajó como espía entre los nobles, y fue entrenada para infiltrarse en sus bailes y fiestas haciéndose pasar por «Valette Renoux», una joven noble del campo. Durante el primero de esos bailes, conoció a Elend Venture, un noble joven e idealista. Él acabó por demostrar que no todos los nobles se merecían su mala reputación, y los dos se enamoraron, a pesar de que Kelsier trató de impedirlo.

La banda también encontró un diario, aparentemente escrito por el propio lord Legislador durante los días anteriores a la Ascensión. Este libro ofrecía una imagen muy distinta del tirano: describía a un hombre cansado y melancólico que intentaba con todas sus fuerzas proteger al pueblo contra la Profundidad, pese a que no la comprendía realmente.

Al final, se descubrió que el plan de Kelsier era mucho más amplio que el simple uso del ejército para derrocar al imperio. Había empleado tantos esfuerzos en reunir tropas que tendría una excusa para difundir rumores sobre sí mismo. También aprovechó para entrenar a su banda en las artes del liderazgo y la persuasión. El auténtico alcance de su plan se reveló cuando sacrificó su vida de manera visible, convirtiéndose en mártir para los skaa y convenciéndolos por fin de que se levantaran y derrocaran al lord Legislador.

Uno de los miembros de la banda de Kelsier, que había estado representando el papel de «lord Renoux», el tío de Valette, resultó ser un kandra llamado OreSeur. OreSeur adoptó la forma de Kelsier, y luego se dedicó a difundir rumores de que Kelsier había regresado de la tumba, inspirando a los skaa. Después de esto, quedó atado por Contrato a Vin, y se encargó de cuidarla después de la muerte de Kelsier.

Vin fue quien mató al lord Legislador. Descubrió que en realidad no era un dios, ni siquiera inmortal: simplemente había encontrado un modo de extender su vida y su poder usando al mismo tiempo alomancia y feruquimia. No era el héroe del libro encontrado, sino su criado, un feruquimista de gran poder. Sin embargo, era mucho más fuerte que Vin con la alomancia. Mientras ella luchaba contra él, recurrió de algún modo a las brumas, quemándolas en lugar de metales. Aún no sabe cómo ni por qué sucedió así. Con ese poder, y con el conocimiento de la verdadera naturaleza del lord Legislador, ella pudo derrotarlo y matarlo.

El Imperio Final se sumió en el caos. Elend Venture tomó el control de Luthadel, la capital, y colocó a la banda de Kelsier en puestos importantes del gobierno.

LIBRO DOS

El frágil reino consiguió sobrevivir durante un año bajo el liderazgo de Elend, que estableció una especie de parlamento, llamado la Asamblea, y le dio grandes poderes. Aunque Elend mostraba su experiencia en las teorías del liderazgo, carecía de experiencia práctica. Su gobierno se volvió inestable cuando varios miembros de la Asamblea empezaron a maniobrar para hacerse con el poder.

Los rumores sobre el depósito de atium del lord Legislador, combinados con el premio que era Luthadel, la ciudad más grande del imperio, acabaron por atraer a varios depredadores al Dominio Central. El peor de todos era Straff Venture, el propio padre de Elend. Straff marchó con un gran ejército contra Luthadel, trayendo consigo en secreto a un hijo nacido de la bruma, llamado Zane. Por fortuna para Luthadel, Brisa consiguió convencer a un segundo ejército (dirigido por Ashweather Cett) para que marchara también contra la ciudad. Sorprendido por la presencia del otro ejército, cada tirano advirtió que no podía permitirse atacar la ciudad, pues después sería vulnerable a la otra fuerza. Así que dispusieron un asedio, más preocupados por protegerse ellos mismos que por atacar a Elend.

Por esta época, una guardadora llamada Tindwyl llegó a Luthadel. Sazed la invitó a venir a ayudarle a entrenar a Elend para ser un rey mejor. Ella trabajó con él, tratando de enseñarle a templar su idealismo con una medida de realismo. Elend convenció a la banda para que le ayudara a lograr que Straff y Cett se enfrentaran. Esperaba que, si los dos invasores debilitaban sus ejércitos, su propia fuerza (con diferencia la más pequeña de las tres) podría derrotar a los supervivientes. Empezó a reunirse con Straff y Cett, tratando de manipularlos. Sin embargo, mientras lo hacía, una facción de la Asamblea consiguió deponerlo a través de una ley que él mismo había escrito.

Elend se negó a usar a su ejército para recuperar la ciudad, una decisión que Tindwyl y la banda consideraron estúpidamente idealista. En cambio, decidió jugar a la política y tratar de convencer a la Asamblea para que lo reinstaurara.

Durante todo este tiempo, Vin tuvo sus propios problemas. Había descubierto a un misterioso «espíritu de la bruma» que salía por las noches y la vigilaba. Advirtió que el autor del libro de viajes, Alendi, había visto una manifestación similar antes de llegar al Pozo de la Ascensión. Además, Vin empezó a oír extraños latidos cuando quemaba bronce.

Las emociones de Vin referidas a Elend y su propio valor sufrieron gran cantidad de tumultos. Lo amaba, pero no creía que los dos estuvieran hechos el uno para el otro. Le preocupaba ser demasiado brutal, y no suficientemente política, para ser una buena esposa. Complicando las cosas estaba Zane, el hijo nacido de la bruma de Straff Venture, que pasó muchas noches entrenando con Vin, tentándola y creando división entre ella y Elend. Vin empezó a confiar en el kandra OreSeur, quien, por orden de Kelsier antes de morir, permanecía a su lado a todas horas, vigilándola. Los dos se hicieron amigos a pesar de su rechazo mutuo inicial.

Aproximadamente por entonces, Sazed regresó a Luthadel, tras haber descubierto algunos hechos muy alarmantes durante sus viajes. Primero, parecía que las brumas empezaban a salir durante el día. Segundo, las brumas estaban causando de algún modo que la gente enfermara y muriera. Tercero, había un gran ejército de koloss marchando hacia Luthadel, dirigido por Jastes Lekal. Sazed empezó a trabajar investigando estas cosas, junto con la traducción de una extraña inscripción que había descubierto en el sur mientras viajaba con Marsh. Esa inscripción resultó ser el registro de las últimas palabras de Kwaan, un sabio que unos mil años atrás estuvo relacionado con Alendi, Rashek y las profecías de Terris. Sazed empezó también a relacionarse con Tindwyl, quien desaprobaba su naturaleza rebelde, pero albergaba profundos sentimientos hacia él.

La campaña de Elend en la Asamblea fracasó, y eligieron a Ferson Penrod como rey. Por extraño que parezca, sin embargo, el hecho de ser depuesto hizo que por fin Elend empezara a comprender lo que significaba ser rey y líder. Empezó a relacionar sus filosofías sobre la justicia con las cosas que le enseñaba Tindwyl, y a convertirse en un líder inspirador y efectivo, aunque ya no tuviera el trono. Los problemas de la ciudad, pese a todo, se agravaron cuando llegaron los koloss de Jastes Lekal. Rápidamente quedó claro que solo tenía un control marginal sobre las bestias asesinas.

Zane acabó por instar a Vin a atacar la base de Cett dentro de Luthadel (Cett había entrado para intentar hacerse con el trono). Zane y ella se abrieron paso hasta la planta superior de la fortaleza, donde Vin se arrepintió de lo que acababa de hacer. Huyó, dejando con vida a Cett. Poco después, Zane la atacó, enloquecido por las extrañas voces de su cabeza. Vin y Zane lucharon, y OreSeur se reveló como espía, otro kandra llamado TenSoon, que había matado al verdadero OreSeur y lo había sustituido. Vin consiguió matar a Zane, aunque este tenía atium, y luego corrió junto a Elend. Controlados sus problemas emocionales, convenció a Sazed para que la casara con Elend.

Tras el intento de asesinato, Cett se retiró de Luthadel con sus ejércitos. Los intentos de Elend de que Jastes hiciera lo mismo fueron infructuosos. En el exterior, Straff advirtió que, si se retiraba sin más, los koloss probablemente atacarían y destruirían la ciudad, dejándole vía libre para regresar y tomar el control cuando las bestias se hubieran agotado en combate.

Muchos de los miembros de la banda advirtieron que esto era lo que iba a suceder. Sazed los convenció de que les mintieran a Vin y Elend, diciéndoles que la ciudad estaría a salvo y enviándolos al norte en busca del Pozo de la Ascensión. Su plan tuvo éxito. Vin y Elend se marcharon, llevándose a Fantasma consigo, y en su ausencia los koloss finalmente atacaron. El ejército de la ciudad luchó bien, y el propio Sazed defendió una de las puertas de la ciudad en inferioridad de condiciones. Durante la lucha, Clubs, Dockson y Tindwyl murieron. Cuando los koloss estaban a punto de destruirlo todo, Vin regresó a la ciudad, tras haberse enterado por Fantasma de que había sido engañada.

Vin explotó una debilidad alomántica en los koloss que le había sido revelada por TenSoon/OreSeur el kandra, y tomó el control de las bestias del mismo modo que una vez hizo el lord Legislador. Utilizó a los koloss para atacar al ejército de Straff cuando este regresó, y recibió la ayuda de Cett en el último momento. Muerto Straff, Vin obligó a Penrod, Cett, y el segundo al mando de Straff a jurar alianza a Elend, nombrándolo emperador.

La ciudad quedó a salvo. Sin embargo, Vin continuó oyendo extraños latidos en su mente. Se convenció de que ella, y no aquel hombre llamado Alendi, era el Héroe de las Eras. Pronto se dio cuenta de que el Pozo de la Ascensión no se encontraba en las montañas del norte, sino bajo Luthadel. Elend y ella investigaron y descubrieron que bajo Kedrik Shaw había una gran caverna secreta surtida de alimentos. Más allá de esa caverna había otra, llena de humo negro. Más allá, una charca de brillante poder. El Pozo de la Ascensión.

Arriba, Sazed aún lamentaba la muerte de Tindwyl. Se había refugiado en sus estudios y descubrió, para su alarma, que algo iba mal con las profecías. Corrió tras Vin y Elend, dispuesto a impedirles que tomaran el poder del Pozo, pero Marsh lo detuvo. Mientras los dos luchaban, Vin tomó el poder e hizo lo que consideraba adecuado. Aunque el espíritu de la bruma apuñaló a Elend, Vin no usó el poder del Pozo para curarlo. En cambio, lo liberó como decía la profecía que tenía que hacer para impedir que las brumas destruyeran el mundo.

Fue una decisión equivocada. Una fuerza oscura prisionera cerca del Pozo de la Ascensión había alterado las profecías y guio a Vin para que hiciera lo necesario para liberarla. La criatura quedó libre, dejando a Vin con el horror de lo que había hecho. Sin embargo, el espíritu de la bruma proporcionó un medio para que salvara a Elend convirtiéndolo en nacido de la bruma.

El libro termina con Vin y Elend en las murallas de Luthadel, tras haber salvado la ciudad, pero también liberado sobre el mundo una fuerza terrible. Sazed, conmocionado por la muerte de Tindwyl, llegó a creer que su fe no tenía valor alguno. Fantasma se sentía culpable por haber abandonado a Clubs para que muriera en la ciudad, y tanto Brisa como Ham llevaban cicatrices emocionales por su lucha contra los koloss. Además, como Sazed había informado, las brumas habían cambiado de algún modo, y ahora mataban a la gente que se internaba en ellas.

Elend, sin embargo, estaba decidido a consolidar su nuevo imperio y encontrar un modo de combatir al ser que Vin había liberado. Cuando ella le preguntó qué iban a hacer ahora, él solo tuvo una respuesta que darle: iban a sobrevivir. Pese a todo.

Ha transcurrido un año.